Serena Williams tenía ocho semanas de embarazo al momento de ganar el Abierto de Australia en 2017 y, aunque posteriormente no ha logrado sumar otro Grand Slam a su brillante palmarés, la estadounidense regresará a Melbourne siendo considerada aún como la fuerza dominante del tenis femenino.
Serena Williams tenía ocho semanas de embarazo al momento de ganar el Abierto de Australia en 2017 y, aunque posteriormente no ha logrado sumar otro Grand Slam a su brillante palmarés, la estadounidense regresará a Melbourne siendo considerada aún como la fuerza dominante del tenis femenino.
La tenista de 37 años se tomó un año de descanso después del nacimiento de su hija Alexis Olympia en septiembre de 2017, antes de regresar a la acción la temporada pasada, cuando llegó a la final en Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos.
Sin embargo, en la búsqueda de su vigesimocuarto título del Grand Slam tropezó en el último obstáculo, al ser derrotada por la alemana Angelique Kerber en Londres y por la japonesa Naomi Osaka en Nueva York.
Esas duras derrotas hicieron que Williams tenga que prolongar la espera de un nuevo título de individuales en un Grand Slam, el cual le permitiría igualar el récord de todos los tiempos de Margaret Court.
Pero tendrá otra oportunidad de lograr ese hito en el evento que se desarrollará entre el 14 y el 27 de enero, a pesar de que llega en el puesto 16 del escalafón mundial.
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