A los problemas que ya tiene el presidente colombiano Juan Manuel Santos, causados por la corrupción más alta en la historia del país, el aumento de cultivos de coca en decenas de miles de hectáreas y la falta de credibilidad de su gobierno, reflejada en la más baja popularidad de un jefe de estado colombiano en toda la historia de ese país, se suma el informe del Fondo Monetario Internacional que prevé una fuerte caída de la economía colombiana.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo el viernes su proyección de crecimiento de la economía de Colombia para este año a un 2,3 por ciento, desde una previa de 2,6 por ciento, debido a la incertidumbre política local y externa, así como por riesgos de volatilidad financiera.
La proyección del organismo está por debajo de la meta que estableció el Gobierno, de una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,5 por ciento para el 2017.
«Tales riegos incluyen episodios de volatilidad financiera y nuevas caídas del precios del petróleo que podrían reducir los ingresos fiscales y provocar la depreciación de la moneda e inflación, en tanto que la incertidumbre política, tanto global como local, podría dañar la confianza y retrasar la inversión», dijo a periodistas Jorge Roldós, jefe de una misión del FMI.
No obstante, el directivo resaltó que Colombia continúa adaptándose de forma gradual a una combinación de golpes internos y externos.
Adicionalmente, Roldós consideró que existe «cierto» espacio para disminuir de manera gradual las tasas de interés en el país.
El Banco Central colombiano inició en diciembre un ciclo bajista de su tasa de interés de referencia, en busca de dar un alivio a la alicaída economía, que el año pasado creció un 2 por ciento, inferior al 3,1 por ciento que logró en el 2015.
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